sábado, 13 de febrero de 2010

cuerpo y espacio

Trastoques. Pastel sobre papel, 60 X 100 cms.

Merleau-Ponty plantea en su "Fenomenología de la percepción" (1945), que de nada sirve el pensamiento idelaista de saber y comprender mis pensamientos solo míos y hacia mi, es decir, salvoaguardarme en la tranquilidad de lo que no comunico, o de lo que solo yo pienso, o comunico de un modo indirecto, y de lo cual soy el único conocedor y receptor...
Esto, desde el punto de vista de la construcción de sentido que se propone ( y porpongo) en una estética funsional del arte, niega el valor del otro, del aquel solo ante el cual lo que pueda yo ser dentro de mi mente es y existe en realidad: "Hasta ahora -- hasta Kant -- el Cogito ( o como puedo entender el concepto: la aprehensión máxima, el máximo sentido) desvalorizaba la percepción del otro, me enseñaba que el Yo es únicamente accesible a si mismo, por cuanto me definía por el pensamiento que tengo de mi mismo y que, evidentemente soy el único en poseer. Para que el otro no sea un vocablo ocioso, es necesario que mi existencia no se reduzca jamás a la consciencia que de existir tengo: que envuelva también la consciencia que de ello pueda tenerse, y por ende, mi encarnación en una naturaleza y la posibilidad, cuando menos, de una situación histórica (...) y sólo con esta condición pordrá la subjetividad trascendental -- el pensamiento trascendental, filosófico, existencial --, ser una intersubjetividad..." (MERLEAU-PONTY, Maurice."Fenomenología de la percepción".Planeta-De Agostini S.A. España, 1985.)